Coja un bolígrafo. Cuando lo tenga lea de nuevo el título del artículo y tache de la palabra discapacidad la sílaba «dis». Relea de nuevo el titular sin la sílaba tachada: «Día de las personas con capacidad». El juego es muy simple.
En Andalucía son 715.000 personas las que hacen esto todos los días, buscando la integración con normalidad en la sociedad. Y esto debe ser un reto compartido para hacer un mundo más accesible. Al hablar de reto compartido me estoy refiriendo con ello al trabajo que desde la Junta de Andalucía se realiza junto con los distintos agentes sociales para conseguir la participación en igualdad en la vida económica, social y cultural.
Las políticas de atención en este sector son hoy en día políticas integrales, una transformación que nos ha llevado a que las respuestas se articulen en torno a la formación, la incorporación sociolaboral o el ocio. Ésta es la mejor garantía para el futuro.
En Andalucía los ejes de actuación que se materializaron en el Primer Plan de Acción Integral para personas con discapacidad tendrán continuidad en el segundo Plan, cuya elaboración se está ultimando. El objetivo no es otro que superar los principales obstáculos para la integración mediante actuaciones transversales. En esta superación debe estar la lucha contra la doble discriminación a la que se enfrentan las mujeres con discapacidad, para lo que se elaboró el primer Plan de Acción Integral para las Mujeres con Discapacidad en Andalucía 2008-2013.
La integración tiene vías fundamentales: la educación, la formación y el empleo. La consecución de un empleo remunerado hace más fácil la integración social, se tienen más puertas abiertas. El Plan de Empleabilidad para las personas con discapacidad 2007-2013 recoge actuaciones para aquellas que tienen más dificultades en el acceso al empleo.
Y en este avance hacia la transversalidad tienen especial relevancia el establecimiento de medidas específicas para la atención de las personas más vulnerables, como son los menores y las menores de tres años con discapacidad; la atención a las familias, por ser vitales para el desarrollo en todos los ámbitos de la vida de las personas con discapacidad; y la promoción de la autonomía personal y la prevención de las situaciones de dependencia.
Pero sin duda, en la consecución de la normalización y la participación es la accesibilidad universal la que desempeña un papel fundamental. Desde la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social, en colaboración con los municipios, hemos conseguido ciudades más accesibles: 8 de cada 10 cuentan con planes de accesibilidad, es decir, que ya hay 610 municipios implicados en la eliminación de barreras arquitectónicas y urbanísticas en viviendas, calles, edificios públicos o centros educativos.
Dentro de la accesibilidad arquitectónica y a los transportes hay que destacar que en 2009 dimos un importante paso con la aprobación del Decreto de accesibilidad, pionero en España, que, con carácter transversal, regula las normas en esta materia en todos los municipios y administraciones de la región. Y en el apartado de la movilidad, este año hemos creado una nueva tarjeta de aparcamiento para las personas con movilidad reducida, que tiene como principales novedades la agilización de los trámites para su obtención o la ampliación de la población destinataria. En colaboración con las organizaciones de las personas con discapacidad, hemos hecho una campaña de sensibilización sobre estas zonas reservadas de aparcamiento con un lema muy explícito: «Ponte en su lugar, no en su sitio».
Pero la accesibilidad no sólo debemos entenderla desde el punto de vista físico, sino que también debemos avanzar en la utilización y adaptación de distintos lenguajes para que la información y la comunicación sea de todas las personas. En 2009 se inició el anteproyecto de ley que regulará en Andalucía el uso de la lengua de signos española y los medios de apoyo a la comunicación de las personas con una discapacidad auditiva o con sordoceguera. Una ley que, una vez aprobada, conllevará importantes avances en la accesibilidad a la información con las administraciones, en los servicios, en la participación o en la comunicación social.
Todos estos avances nos permiten que hoy en Andalucía estemos ante una sociedad más igualitaria, donde la ciudadanía actúa con valores integradores. Sin embargo, somos conscientes de que debemos seguir recorriendo este camino, innovando y mejorando el bienestar y calidad de vida de todas las personas.
Y ahora, en su lugar, pero no en su sitio, lea de nuevo el titular: Día de las personas con capacidad.
En Andalucía son 715.000 personas las que hacen esto todos los días, buscando la integración con normalidad en la sociedad. Y esto debe ser un reto compartido para hacer un mundo más accesible. Al hablar de reto compartido me estoy refiriendo con ello al trabajo que desde la Junta de Andalucía se realiza junto con los distintos agentes sociales para conseguir la participación en igualdad en la vida económica, social y cultural.
Las políticas de atención en este sector son hoy en día políticas integrales, una transformación que nos ha llevado a que las respuestas se articulen en torno a la formación, la incorporación sociolaboral o el ocio. Ésta es la mejor garantía para el futuro.
En Andalucía los ejes de actuación que se materializaron en el Primer Plan de Acción Integral para personas con discapacidad tendrán continuidad en el segundo Plan, cuya elaboración se está ultimando. El objetivo no es otro que superar los principales obstáculos para la integración mediante actuaciones transversales. En esta superación debe estar la lucha contra la doble discriminación a la que se enfrentan las mujeres con discapacidad, para lo que se elaboró el primer Plan de Acción Integral para las Mujeres con Discapacidad en Andalucía 2008-2013.
La integración tiene vías fundamentales: la educación, la formación y el empleo. La consecución de un empleo remunerado hace más fácil la integración social, se tienen más puertas abiertas. El Plan de Empleabilidad para las personas con discapacidad 2007-2013 recoge actuaciones para aquellas que tienen más dificultades en el acceso al empleo.
Y en este avance hacia la transversalidad tienen especial relevancia el establecimiento de medidas específicas para la atención de las personas más vulnerables, como son los menores y las menores de tres años con discapacidad; la atención a las familias, por ser vitales para el desarrollo en todos los ámbitos de la vida de las personas con discapacidad; y la promoción de la autonomía personal y la prevención de las situaciones de dependencia.
Pero sin duda, en la consecución de la normalización y la participación es la accesibilidad universal la que desempeña un papel fundamental. Desde la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social, en colaboración con los municipios, hemos conseguido ciudades más accesibles: 8 de cada 10 cuentan con planes de accesibilidad, es decir, que ya hay 610 municipios implicados en la eliminación de barreras arquitectónicas y urbanísticas en viviendas, calles, edificios públicos o centros educativos.
Dentro de la accesibilidad arquitectónica y a los transportes hay que destacar que en 2009 dimos un importante paso con la aprobación del Decreto de accesibilidad, pionero en España, que, con carácter transversal, regula las normas en esta materia en todos los municipios y administraciones de la región. Y en el apartado de la movilidad, este año hemos creado una nueva tarjeta de aparcamiento para las personas con movilidad reducida, que tiene como principales novedades la agilización de los trámites para su obtención o la ampliación de la población destinataria. En colaboración con las organizaciones de las personas con discapacidad, hemos hecho una campaña de sensibilización sobre estas zonas reservadas de aparcamiento con un lema muy explícito: «Ponte en su lugar, no en su sitio».
Pero la accesibilidad no sólo debemos entenderla desde el punto de vista físico, sino que también debemos avanzar en la utilización y adaptación de distintos lenguajes para que la información y la comunicación sea de todas las personas. En 2009 se inició el anteproyecto de ley que regulará en Andalucía el uso de la lengua de signos española y los medios de apoyo a la comunicación de las personas con una discapacidad auditiva o con sordoceguera. Una ley que, una vez aprobada, conllevará importantes avances en la accesibilidad a la información con las administraciones, en los servicios, en la participación o en la comunicación social.
Todos estos avances nos permiten que hoy en Andalucía estemos ante una sociedad más igualitaria, donde la ciudadanía actúa con valores integradores. Sin embargo, somos conscientes de que debemos seguir recorriendo este camino, innovando y mejorando el bienestar y calidad de vida de todas las personas.
Y ahora, en su lugar, pero no en su sitio, lea de nuevo el titular: Día de las personas con capacidad.
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