Imagen: Úrsula Tutosaus
El pasado lunes se inauguraron las II Jornadas contra la violencia, maltrato y abuso organizadas por FETE-UGT Sevilla. El movimiento asociativo, y en este caso FETE-UGT, tienen una larga trayectoria de trabajo en esta área, un compromiso contra la violencia y maltrato que es compartido. Participé en esas jornadas donde se ha puesto de relieve las diferentes situaciones de violencia que se viven en las aulas, en las calles, en las familias, en las parejas, en la sociedad en general.
La violencia no es un fenómeno nuevo. Ha existido siempre, en todas las clases sociales, culturas y edades. Y lo más importante es que las actitudes violentas van pasando de generación a generación, por tanto abordarla requiere remover las raíces mismas de la sociedad, un cambio que se puede conseguir a través de la educación.
Y os pongo el ejemplo de la violencia de género entre jóvenes. En la actualidad no hay más casos, es que ahora tenemos un mayor conocimiento de su existencia porque se denuncian antes los malos tratos.
Esta visibilización de la violencia es fruto del trabajo y el esfuerzo de los Poderes Públicos, comprometidos con los retos que hoy demanda la sociedad, a través de medidas de información, sensibilización, formación de profesionales y atención social a las personas que sufren algún tipo de maltrato.
Un pulso en el que hay que contar con toda la sociedad. Es tarea de todos y de todas poner cerco a la violencia y a la persona que la ejerce. La violencia contamina la convivencia democrática.
La violencia no es un fenómeno nuevo. Ha existido siempre, en todas las clases sociales, culturas y edades. Y lo más importante es que las actitudes violentas van pasando de generación a generación, por tanto abordarla requiere remover las raíces mismas de la sociedad, un cambio que se puede conseguir a través de la educación.
Y os pongo el ejemplo de la violencia de género entre jóvenes. En la actualidad no hay más casos, es que ahora tenemos un mayor conocimiento de su existencia porque se denuncian antes los malos tratos.
Esta visibilización de la violencia es fruto del trabajo y el esfuerzo de los Poderes Públicos, comprometidos con los retos que hoy demanda la sociedad, a través de medidas de información, sensibilización, formación de profesionales y atención social a las personas que sufren algún tipo de maltrato.
Un pulso en el que hay que contar con toda la sociedad. Es tarea de todos y de todas poner cerco a la violencia y a la persona que la ejerce. La violencia contamina la convivencia democrática.
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