Hacer visible lo invisible

Artículo de opinión publicado en Diario Jaén

15 de octubre de 2011

Día Internacional de la Mujer Rural

Me siento orgullosa en este Día Internacional de la Mujer Rural, en el que puedo decir con satisfacción que las mujeres rurales andaluzas han comenzado el siglo demostrando su capacidad para aunar tradición e innovación, solidaridad y crecimiento económico, productividad y respeto ambiental. Es decir, que siguen siendo imprescindibles, pero con la diferencia de que hoy su trabajo es visible. Durante siglos las mujeres han “trabajado” en el medio rural, en la agricultura, en sus casas, cuidando a sus mayores, pero hasta no hace tanto no han tenido un “empleo”.

Quiero daros las gracias por vuestra contribución. Por esa nueva fisonomía de nuestros pueblos, por batallar cada día, llevando la libertad a las conciencias, desterrando prejuicios, costumbres que nos relegaron a un segundo plano, por haber acabado con el aislamiento, la resignación, por hacer visible lo invisible.

Sois también las grandes protagonistas del freno al despoblamiento de nuestros pueblos. Un protagonismo paralelo a la extensión de los servicios públicos, como los creados a través de la Ley de Atención a la Dependencia o la ampliación de la red de escuelas infantiles, que ayudan a la conciliación de la vida laboral y familiar. Vosotras sabéis lo que significa crear nuevos yacimientos de empleo, vinculando las nuevas tecnologías al desarrollo del campo y a la gestión de la energía.

Arduo ha sido el camino, pero no nos engañemos, porque junto a las desigualdades de siempre se suman nuevos retos a los que hacer frente, como el despoblamiento y el envejecimiento de los pueblos, como el trabajo no reconocido, como la falta de servicios que cae casi siempre en las espaldas de las mujeres, como el paro y la precariedad laboral.

Y en ese camino os ha acompañado el Gobierno Andaluz, con iniciativas como la Ley de Igualdad y contra la Violencia de Género, el desarrollo a la atención a la Dependencia o la recientemente aprobada Ley del Olivar. También con la titularidad compartida de las explotaciones agrarias, con el fomento del cooperativismo, los programas de formación o el acceso a las nuevas tecnologías.

Seguiremos planteando nuevas posibilidades para las mujeres rurales de acuerdo con la transversalidad, el territorio y sus necesidades. Esa es la nueva ruralidad y ello implica la estrategia integrada de género, para llevar la innovación y el progreso a los territorios y para alcanzar un desarrollo sostenible, fijar población y lograr una sociedad más cohesionada e igualitaria.